Hoy, Nuestro Padre ha venido.
Sabía que tu cuerpo estaba cansado y que el tiempo que te obsequió lo habías convertido en amor.
Deberíamos alegrarnos por su visita, pero somos frágiles, hijos vulnerables que nos encanta amar y renegamos de las despedidas.
Quiero pensar que Él entró sigilosamente a tu habitación, tocó tu mejilla, besó tu frente, tomó tu mano y te dio la vida después de la vida. Sonreíste como una niña y caminaron al cielo.
Tía Domi, disfruta a tu amado Carlos y a los que también extrañabas con sentimiento. Nosotros, sabremos honrar tu recuerdo viviendo feliz hasta que nuestro Padre regrese.
Que en paz viva, mi tía Domi.
22 julio 2023